En esta entrevista, un recorrido sobre las dificultades y los logros de un trabajo al que califica como colectivo, tanto en relación al equipo que se conformó dentro del organismo, al apoyo de otras instancias del Gobierno, así como también en el realizado conjuntamente con las bibliotecas populares distribuidas a lo largo de todo el territorio nacional.
¿Cuáles eran las expectativas al asumir en el 2003 la titularidad de la CONABIP y qué encontró?
Me había despertado una enorme curiosidad la existencia de casi 2 mil organizaciones de la sociedad civil que en relación con el Estado trabajan en la cultura y que estaban bastante desatendidas. La expectativa se centró en potenciar ese movimiento social reforzando su asociación con el Estado, en modernizar la acción del organismo impregnado por un funcionamiento paternalista y mejorar un servicio que es la oportunidad de inclusión para muchos ciudadanos.
¿Cuál fue la respuesta de las bibliotecas ante una gestión que se propuso dejar atrás ese estado de abandono?
Fue un proceso. Tuvimos que remontar las dificultades que trae aparejada la escasez de presupuesto, el desorden administrativo y la desidia. Concertamos el compromiso de los representantes de gobiernos provinciales, las federaciones y bibliotecas para acompañar nuestra propuesta que se expresó en una estrategia de 4 años que incluía buena parte de lo que luego pudimos hacer. En el contexto de 2003 era muy difícil plantear algo a 4 años, sobre todo desde el Estado y que implicara, además, mejorar, invertir y resolver. El Estado era pensado entonces como algo ajeno que no resolvia problemas. Y nosotros presentamos una propuesta de trabajo conjunto con metas concretas. En la medida en que se fueron alcanzando, la respuesta fue siendo más masiva.
¿Cuáles fueron las principales dificultades y las mejores cosas que encontró en estos años?
El enorme atraso del servicio por parte de las bibliotecas, que en su mayoría atendía además una gran cantidad de dificultades sociales; la falta de organización del propio organismo, la ausencia de procedimientos claros para acceder a los beneficios y para que todas tengan iguales oportunidades; la falta de actualización tecnológica, de capacitación y de recursos. Esto en cuanto a algunas de las tantas dificultades. En relación a las cosas a favor, estaba clarísimo que se trataba de un espacio con una enorme energía social acumulada, con voluntad de trabajo y servicio y con un importante acervo acumulado en documentacion, desarrollo cultural, técnico y social. Muchas iniciativas que en pequeño desarrollaban algunas bibliotecas fueron recuperadas como insumo de nuestros programas y actividades.
¿Se hicieron infinidad de cosas, pero cuáles mencionaría como los dos logros más importantes?
Por un lado, que la CONABIP sea reconocida dentro del propio Estado y por instituciones nacionales e internacionales y que las bibliotecas populares se perciban a sí mismas y por parte de otros actores de la cultura como un movimiento social y cultural. Por otro, haber logrado incrementar el presupuesto y que gracias a esto se hayan podido desarrollar una gran cantidad de programas y proyectos que permitieron que hoy las bibliotecas populares estén digitalizadas, conectadas entre sí y con el mundo, y que se hayan capacitado; que hayan actualizado e incrementado su material bibliográfico en función de los intereses de su comunidad y también a través de una política concreta implementada por la CONABIP de difusión y promoción del pensamiento nacional y latinoamericano; que se hayan implementado distintas campañas con los bibliomóviles que, solamente en el último año, recorrieron más de 14 provincias, 452 localidades y parajes y 214.671 kilómetros llevando actividades culturales y de promoción de la lectura de las que participaron más de 450 mil personas. Sin dudas, todo esto posibilita mayores oportunidades de inclusión para la ciudadanía.
A continuación puede visualizarse el Informe de Gestión CONABIP 2003-2011