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Experiencias: Recuperación del Tesoro Patrimonial FHBdV

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Coincido con los críticos J. Jokiletho, B. M. Feilden, que concibe como nuevos valores los cambios en el tiempo... cuando enuncia en el Manual de Sitios de Patrimonio Mundial: “Bien cultural intrínseco consiste (...) en aquello que es físicamente parte de él y de su entorno. Un bien histórico, producto del pasado que ha sufrido cambios o deterioros ocasionados tanto por el desgaste natural como por su uso funcional (...) La suma de esos cambios se convierte de por sí en parte de su carácter histórico y de su material esencial y representa el valor intrínseco del bien; es el soporte de los testimonios históricos y de los valores culturales asociados, tanto del pasado como del presente". O sea, tales bienes culturales son testimonios significativos de la cultura humana, representan la historia y la evolución social en épocas determinadas, hasta su presente: teniendo en cuenta sus valores históricos, estéticos, artísticos, insertados en la sociedad, urbana o rural, social, política, económica y tecnológica de un grupo social, válidos de ser conservados. (J. Jokiletho, B. M. Feilden, Manual para el manejo de los sitios del Patrimonio Cultural Mundial, Unesco, Iccrom, 2003.) La Dra. Marta Arjona, (1923-2006), quien fue Presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, en Cuba, en su legado nos escribió: “El patrimonio cultural es inicialmente pasivo, existe como objeto, independiente del reconocimiento o no de su valor cultural, y es la comunidad la que, en un momento determinado de su desarrollo, lo selecciona, lo escoge como elemento que debe ser conservado, por valores que trascienden su uso o función primitiva. Es sólo en este acto que queda definido como bien cultural.” (Arjona, Marta. Patrimonio Cultura e identidad, Editorial Letras Cubanas, 1986)

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